29 de septiembre de 2017
Han pasado 23 días desde que llegamos a este mismo motel, y parece mentira que haya sido tan rápido. Cuando se acaba un viaje siempre me entra pena porque me apetecería seguir conociendo más sitios, y esta vez no es diferente. Me gustaría seguir con nuestro coche recorriendo el país. Recuerdo el primer día cuando cogimos el coche, nos parecía un tanque y no sabíamos ni cómo ponerlo en marcha, ya no digamos conducirlo sin buscar el embrague todo el rato jajajaja. Y ahora hasta le hemos cogido cariño. Os juro que me dio pena dejarlo después de tantos días. En fin, una que se pone muy ñoña cuando se le acaban las vacaciones.
Esta tarde sale el avión hacia España, pero podemos aprovechar la mañana. La primera idea era intentar ir otra vez al Observatorio Griffith, pero nos da miedo pillar muchos atascos y que al final hagamos tarde para devolver el coche y todo, así que decidimos que volveremos a Venice .
Antes de nada y para quitarnos las penas nos vamos a desayunar a Randy’s Donuts. Este es un establecimiento mítico, construido en 1953, presume de tener los mejores donuts del mundo. Azucarados, recubiertos, rellenos… de todas las clases, algo tendrán cuando hay fila para comprarlos.
Cogemos dos para cada uno, están muy ricos, eso sí, pedimos un chocolate para beber y es horrible. Como el café sea igual os recomiendo comprarlo en otro sitio y llevaros los donuts.
Si queréis probar los mejores donuts del mundo tenéis que ir Randy’s Donuts, 805 W Manchester Blvd, Inglewood, CA 90301
Y con la tripa llena nos vamos a Venice Beach. Cómo no iba a repetir! Además nos venía bien porque no nos metíamos por todo el centro de la ciudad.
Hoy está mucho más tranquilo que el sábado, además por la mañana no hay tanto movimiento, pero desde luego no pierde un ápice de su encanto.
Primero damos otro paseo entre los canales, de verdad que no me importaría una casa en esta zona, me tiene enamorada. Tan tranquila estando tan cerca del bullicio de la playa.
Luego vamos a tumbarnos a la arena un rato, hoy estamos de relax, de despedida y queremos aprovecharlo todo.
Nos vamos a pasear un rato y encontramos gente vendiendo cosas hechas por ellos, algunas bien cutres, pero aquí viene todo tipo de gente, es lo que me gusta de Venice. Otros hacen sus espectáculos, cantan, tocan algún instrumento o simplemente se dejan ver.
Aprovechamos a echar un último vistazo a las tiendas y comprar alguna cosa de última hora, por supuesto no podía volver sin mi camiseta de Venice Beach.
Se va acercando la hora de ir al aeropuerto y hasta el cielo lo sabe, porque empieza a ponerse negro y parece que va a llover. A mí también me están dando ganas de llorar.
Comemos en los garitos de la playa, compramos unos noodles en un sitio de comida japonesa y yo me voy a por un hot dog, que después de tantos días no he probado ni uno. Lo comimos en Jody Maroni’s y estaba buenísimo! Quiero más! Quiero quedarme en Venice y comer perritos para siempre! 😂
El día cada vez se pone más feo, más triste y más frío. Es hora de irnos.
Antes de devolver el coche hay que llenar el depósito de gasolina.
⚠ Ojo! Porque encontraréis varias gasolineras cerca de la puerta donde se devuelven los coches, pero si seguís hasta el final de calle y giráis a la derecha veréis otra mucho más barata que las anteriores. Al menos el día que fuimos, si luego cambian los precios ya no lo sé. Yo por si acaso os lo cuento.
Sacamos las maletas, dejamos la nevera de corcho en la papelera y nos despedimos de Furia, ese nombre le puse al coche 😊. Vale sí soy muy pava, pero ya os he dicho que le cogí mucho cariño, fueron muchas horas con él. De verdad que me daban ganas de abrazarlo y todo, pero bueno, decido no hacer el ridículo más espantoso y nos vamos hacia la terminal, ahora toca lo más aburrido, controles, facturación y esperar.
Han sido 24 días estupendos, para mí ha sido el mejor viaje de mi vida, sin exagerar. He hecho muchos, todos tienen algo especial, pero este sin duda los ha superado a todos por varias razones:
Porque todo ha salido perfecto, hasta mi metedura de pata
Porque he visto lugares que no creía que me gustarían tanto
Porque he sentido la grandeza de la naturaleza y las ciudades
Porque me he reído y emocionado
Porque era un sueño que no pensé que podría cumplir, pero a veces los sueños se cumplen.
Ahora solo tengo que esperar al siguiente. No tengo la suerte de tener tanto dinero para hacer un viaje de estos cada año.
Estados Unidos es un país completamente diferente, no creía que iba a notar tantas diferencias, ni que iba a encontrar sitios tan espectaculares. Por mucho que hubiera visto fotos, videos y películas estar allí no tiene comparación. Cuando pensaba que ya no me sorprendería siempre había algo que me dejaba con la boca abierta.
Me ha emocionado pisar sitios como Monument Valley y Bryce Canyon por su grandeza,
pueblos abandonados como Bodie por sus historias que aún se sienten entre sus casas de madera.
Me ha encantado pisar y ver de cerca los sitios donde estuvieron las grandes estrellas de Hollywood
Subir en los tranvías de San Francisco,
Deslumbrarme con las luces y el bullicio de Las Vegas
He disfrutado de cada carretera, de cada rincón, de cada pueblo que encontrábamos por el camino,
Me he enamorado de los muelles de madera y las puestas de sol, son las más bonitas que he visto nunca.
Al escribir todos estos post he revivido el viaje, e incluso ahora que termino vuelvo a emocionarme recordándolo todo y me da pena que se acabe.
Espero que podáis vivir este viaje también, que lo disfrutéis tanto como yo lo he hecho y sobre todo que os puedan servir de ayuda mi experiencias, mis consejos, mis descubrimientos y mis frikadas
Cualquier duda que tengáis podéis preguntarme por aquí, por mi Instagram @anabelfobe o por mi Facebook anabelsevadeviaje.
Gracias por llegar hasta aquí 😉
Menudo viaje tan completo! No me extraña que te pusieras triste al volver.
Desde luego es muy completo, ves de todo un poco y sobre todo vas cumpliendo sueños 😉