Aprovechamos la última mañana. Vamos a la zona de los juzgados . Todo está vacío porque es sábado y nadie trabaja, pero da gusto pasear por Londres con esa tranquilidad…
En la Calle Fleet, que me sonaba por la historia de Sweeny Tood, esperaba encontrar algo más tétrico, pero nada que ver con la novela o el musical. En realidad esta calle, como casi todas, ha cambiado mucho desde los tiempos en que debía estar la barbería de este psicópata, si es que alguna vez estuvo. Lo que se ven son los edificios de antiguos periódicos. En esta calle se concentraban la gran mayoría de periodistas hasta los años 80.
Queremos entrar a Temple. Es la zona cerrada donde se encuentran juzgados, bufetes de abogados, casas con sus jardines privados, y la iglesia templaria que da nombre a esta zona. Como hoy no es día laborable nos encontramos las verjas cerradas, pero tenemos la suerte de encontrarnos con un señor muy amable, que viene de comprar su desayuno, que nos pregunta si queremos entrar y nos abre la puerta, indicándonos donde hay una salida sin verja. Gracias a la amabilidad de este hombre podemos disfrutar de uno de los paseos más vistosos de estos días. Una zona preciosa, y prácticamente para nosotros solos.
Aún estamos a tiempo de acercarnos a The Old Curiosity Shop, la tienda en la que se inspiró Charles Dickens para escribir su novela así titulada. Está ubicada en 13- 14 Portsmouht St. , hoy en día es una zapatería, aunque el nombre se pintó después del éxito de la novela.
De camino, hemos tenido oportunidad de ver la casa más antigua de Londres, casi la única que sobrevivió al incendio de 1666, y que conserva casi intacto su trazado de vigas de madera.
Y ya tenemos que irnos hacia el hotel a recoger el equipaje, nuestro avión sale a las 15h y tenemos que
hacer todo el recorrido que hicimos el primer día pero al revés y sin tantas ganas.
Londres nos ha enamorado y seguro que volveremos!. Espero que estos post os hayan servido para haceros una idea de lo que os puede cundir el tiempo en esta fantástica ciudad.