Por lo poco que había visto de Formentera sabía que me iba a gustar, ahora estoy enamorada de esa isla. Desde luego un lugar donde no me importaría pasar una buena temporada. Puede que se convierta en mi lugar de peregrinación cada año jajajaja.
Formentera es el paraíso de España. Al menos para mí. Siempre se me había resistido porque quería aprovechar a visitarla al mismo tiempo que Ibiza, dedicándole un día como suele hacer la mayoría de la gente. Menos mal que por culpa, o gracias, a la pandemia y sus restricciones, tuvimos que hacer las vacaciones por España y aprovechamos a visitar las islas con más tiempo, y así estuvimos tres días.
Formentera es una isla pequeña, se puede recorrer sin problema varias veces en un día. Sus pueblos son encantadores, sus playas de arena blanca y agua turquesa, la mayoría. Tiene un ambiente muy tranquilo, y sus atardeceres son increíbles. Si todavía no te he convencido para pasar unos días allí voy a contarte todo lo que hicimos en tres días.
Llegamos en ferry desde Ibiza. Formentera no tiene aeropuerto y la única manera de llegar es en ferry, desde Ibiza o Denia. Allí puedes alquilar un coche o una moto para moverte por la isla. Nosotros no sabemos ir en moto, así que íbamos con el coche. Si tampoco sois de moto os recomiendo alquilar un coche pequeño porque las carreteras son estrechas y es mucho más cómodo.
El coche ya lo llevábamos desde Ibiza, lo alquilamos allí en una empresa local llamada Autos Manel. Os lo recomiendo porque nos salió mucho mejor de precio que las grandes que hay en el aeropuerto. Fueron muy amables, nos vinieron a buscar al aeropuerto y pudimos devolverlo allí también, ya que ellos solo tienen oficina en la ciudad. Desde luego recomiendo esta compañía a la hora de alquilar un coche en Ibiza.
Otra cosa importante que hay que saber es que el alojamiento es bastante caro en esta isla. Hay bastantes opciones de apartamentos, hoteles y hostales, pero no penséis encontrar grandes resorts porque no hay. Nosotros alquilamos un bungalow monísimo cerca de la playa de Migjorn.
El sitio se llama Astbury Apartaments Can Miguel Martí. Aquí os dejo el enlace de Booking por si queréis reservar.
Para llegar hay que entrar por unos caminos un poco escondidos, o eso nos pareció la primera vez, además tuvimos la mala suerte que llovió muchísimo y estaba lleno de charcos y barro, pero por lo que fui viendo, excepto que estés en una zona cerca de algún pueblo todos los caminos son así. Tampoco es que sean intransitables, que nadie se asuste.
Los bungalows están genial, son casitas blancas con su terraza y esa típica arquitectura ibicenca. En los stories destacados de Formentera en mi Instagram (@anabelfobe) podéis verlo con más detalle.
Nos costó 476,80 € por dos noches.
Primer día en Formentera
Después de dejar el equipaje en nuestra casa para esos tres días nos fuimos a Sant Francesc Xavier, capital de la isla. El día seguía muy nublado y llovizneaba, así que no estaba muy de playa. El pueblo se veía bonito a pesar de estar el día tan oscuro y tan triste, y como era la hora de comer muchas tiendas estabas cerradas.
Eso sí, los restaurantes estaban llenos, así que decidimos ir a comprar a un super y comer en el bungalow. Empezó a llover tanto que cuando salimos del coche nos llegaba el agua por el tobillo. Yo ya estaba rezando para que parara de llover, y menos mal que por la tarde empezó a despejarse un poco. Aprovechamos para ir al Faro de Barbaria.
Hace tiempo se podía llegar en coche casi hasta el mismo faro, pero ahora hay unas barreras y tienes que dejar el coche en un parking gratuito y luego ir andando como un kilómetro o algo así. No recuerdo exactamente la distancia pero no se hace nada pesado porque a pesar de la aridez del paisaje es un paseo bonito viendo todo el rato el faro al fondo haciéndose cada vez más grande.
A mí me encantó, soy una fan de los faros, la verdad, y el entorno es precioso.
Después de hacer un montón de fotos y de disfrutar de las vistas bajamos a la Cueva Foradada.
Es curioso porque hay un agujero en el suelo y una escalera de madera, pero una escalera de dos palos con peldaños que no está sujeta a ninguna parte.
Hay que bajar con mucho cuidado, y una vez dentro de la cueva andar con cuidado porque lógicamente hay poca luz, mucha piedra y humedad. Pero las vistas desde allí merecen la pena.
Empezaba a ponerse negro otra vez y nos fuimos para casa, menos mal porque volvió a llover bastante, al menos habíamos podido aprovechar la tarde.
Segundo día en Formentera
Desayunamos en la terraza de nuestra casa por esos días. No me importaría tenerla para mí una temporada, es tan mona…
Bueno, parece que el día se despeja un poco, aunque sigue habiendo nubarrones, pero hoy sí, hoy toca playa.
Nos vamos a Ses Illetes, la playa más famosa de la isla. Para entrar desde este 2020 hay que pagar. Depende la temporada, pero en septiembre cuando fuimos nosotros eran 5€ por coche y 3€ por moto.
Aparcamos y por fin podemos ver por qué tiene tanta fama. Nada que envidiar a una playa del Caribe o de Maldivas.
Estamos un rato disfrutando, pero hace viento y vienen unas nubes negras que casi mejor salir antes de que empiece a llover.
Nos vamos a ver Es Caló, un pequeño pueblo de pescadores, aunque más que pueblo se podría decir que es una calle y poco más.
En las rocas las típicas casetas para las barcas, las vistas preciosas, y un restaurante junto al mar que tiene muy buena pinta pero parece un poco caro y además no hay sitio, así que nos vamos a buscar otro sitio para comer.
Llevaba varios sitios apuntados, uno de ellos era la Fonda Pepe, en San Ferrán, así que nos vamos para allá y de paso echamos un vistazo al pueblo. Está casi todo cerrado, incluso el restaurante. Pues nos vamos a buscar otro a Sant Francesc.
Comemos en otro de los que llevaba apuntados. Restaurante Bon Temps, C/Santa María, 29. Comemos el menú por 10€, está todo buenísimo y el personal es super amable. Una buena recomendación si quieres comer bien y barato en Formentera.
Después nos vamos a La Mukkeria, la mejor heladería de la isla. Sabores diferentes y de toda la vida pero todos buenísimos.
Aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo ya que ha salido el sol y está más animado que el día anterior y vamos encontrando rincones con mucho encanto.
Y para terminar el día vamos a ver atardecer a la playa Migjorn, cerca del chiringuito Lucky. Allí pedimos una piña colada, está buenísima, puede que la mejor que he probado en mi vida.
Como no hay sitio en el chiringuito nos sentamos en las rocas y disfrutamos de un atardecer espectacular, de los más bonitos que he visto.
Al irnos el cielo nos sigue regalando unos colores increíbles, cuesta darse media vuelta y marcharse.
Cenamos en casa y preparamos las maletas para el día siguiente que nos toca marcharnos.
Tercer día en Formentera
Después de dejar la casa de mis sueños jajaja nos vamos hacia otra de las playas más bonitas de Formentera, Es caló d’es Mort. El camino para llegar es un poco incómodo, todo de tierra y piedrecillas. Realmente todavía no sé si se podía pasar o no con coche, sí que vimos alguno aparcado pero no existe un parking allí cerca para dejarlo. Lo dejamos en un hueco que vimos junto a un camino y seguimos a pie.
Esta es una cala tan pequeña como bonita, y por supuesto aunque no llegamos muy tarde estaba ya casi llena. Conseguimos un pequeño hueco para poder dejar las toallas pero donde mejor se estaba era en el agua, viendo los peces y tus propios pies a través del agua tan clara.
Empezó a llegar más gente y nos fuimos, la verdad que si de normal es agobiante en esta época de restricciones y distancia social, que no había, aún es más.
Decidimos volver a Ses Illetes hoy que por fin hace sol y disfrutarla más, pero cuando llegamos está llena y ya no dejan pasar, así que nos metemos por otros caminos y vamos a una zona cercana. Dejamos el coche, vamos andando y llegamos a Sa Roqueta una playa que apenas hay gente, de arena blanca y agua turquesa igual y encima nudista. Genial!
Allí estamos bastante rato, la verdad es que no queremos irnos. Para la próxima vez tenemos que traernos la comida para estar con tranquilidad.
Nos vamos a comer a Es Pujols, nos pilla cerca de la playa y cerca del puerto de La Savina, ya que tenemos que irnos al ferry por la tarde.
Esa zona todavía no la habíamos visto y también nos gustó mucho. Hay bastantes tiendas y restaurantes, se ve muy animada, se nota que es la zona más turística.
Comemos en un restaurante que se llama Gran Ibérico y por fin probamos la típica ensalada payesa. Está buenísima, igual que todo lo demás que comimos.
Después de dar una vuelta por el paseo marítimo y con mucho dolor de corazón tenemos que irnos hacia el ferry.
Como vamos con coche tenemos que estar una hora antes de embarcar, así que nos vamos y estamos un rato por el puerto.
Hubo varias cosas y sitios que se quedaron pendientes, como visitar Cala Saona, la isla de Espalmador y seguir descubriendo playas.
Visitar los típicos chiringuitos como el Beso Beach, el Pirata bus, o el Bartolo.
Visitar el faro de La Mola y su mercadillo hippie.
Seguro que muchas cosas más, así que hay que volver sí o sí.
Desde luego Formentera es uno de mis lugares favoritos del mundo desde ya.
Si tenéis ocasión de ir no os guardéis solo un día durante la visita a Ibiza como hace la mayoría de la gente. Id al menos tres días, o más, y disfrutad de sus espectaculares playas, de los rincones tan bonitos de sus pueblos, de sus chiringuitos y de sus inolvidables atardeceres. Consejo de amiga 😉