Cuando se habla de República Dominicana lo primero que nos viene a la cabeza es Punta Cana, tal vez Playa Bávaro, pero no hay mucha gente que piense en Samaná, y no saben lo que se están perdiendo…
La península de Samaná se encuentra en el noreste de la isla, y es un paraíso, tanto por sus playas, que aunque bañadas por el Atlántico nada tienen que envidar al Caribe, como por su vegetación. En esta zona de la isla hay más palmeras que personas por metro cuadrado, así que os podéis hacer idea de lo salvaje que es. Desde luego está mucho menos urbanizado que las zonas de Punta Cana, de hecho aquí solo hay tres grandes resorts, que pertenecen a la cadena Bahía Príncipe, el resto son hoteles más pequeños pero con mucho encanto. Así que es una zona apta para hacer un viaje a tu aire, fuera de las grandes cadenas hoteleras, y pudiendo mezclarte con la gente de la zona. Desde luego no os va a defraudar, en todo caso, os sorprenderá.
Quizá lo más incómodo de ir a esta zona es el viaje, porque después de pasar 9 horas en un avión tienes que coger una furgoneta que te lleve hasta tu destino, y son 3 horas más de viaje, lo que hace que cuando llegas solo tengas ganas de irte a dormir, porque normalmente llegas de noche. Eso sí, en el viaje te puedes encontrar sorpresas como que unos caballos cruzan la carretera o una vaca se ha parado en medio, pero aparte de eso todo bien.
La capital de Samaná es Santa Bárbara de Samaná, no es que sea muy grande, pero allí se encuentra uno de los resorts de los que hablaba antes, un mercado que no hay que perderse, el Café del Mar, que merece una visita, y alguna zona de más alto standing, pero sin que por eso el pueblo pierda su autenticidad.
Desde aquí salen barcos que hacen excursiones a algunos de los sitios más interesantes de la península, como el parque nacional de los Haitises, Cayo Levantado y seguramente podrás contratar muchas otras. Yo estuve en la zona del Portillo, donde está el otro resort, así que siempre me moví desde allí.
Moverse por Samaná es fácil, siempre vas a encontrar gente que se ofrezca a llevarte en sus coches o taxis, a veces hasta en su moto, eso sí, como siempre en estos sitios hay que regatear y acordar el precio antes. Otra opción son las guaguas, que van pasando cada cierto tiempo. Te esperas en la carretera y te paran, son bastante más baratas, pero nunca sabes cuándo va a llegar ni con cuánta gente lo hará.
También puedes alquilar motos, o quads, como hicimos nosotros un día, y la verdad que la experiencia fue genial. Te da mucha independencia, es más cómodo que una moto y nos salió bastante bien de precio. Fuimos a recorrer varias playas que el día anterior no nos había dado tiempo de ver tranquilamente. Podías dejarlo aparcado tranquilamente y no tuvimos ningún problema, solo al volver hacia el hotel por la noche, que la carretera no está iluminada y casi todas las tapas de las alcantarillas que había en medio estaban quitadas, con lo que tenías que ir con mil ojos para no meterte en el agujero. Y encima se puso a llover. Una aventurilla más.
Si te hospedas en un resort, te vas a encontrar por la playa muchos dominicanos que te ofrecerán excursiones, solo tienes que ponerte de acuerdo con ellos en lo que quieres ver y en el precio, te van a buscar al hotel y te llevan donde quieras. Y desde luego son mucho más económicas que las excursiones que te ofrecen los hoteles. Nosotros fuimos un día con uno de estos chicos de la playa, a ver el Salto del Limón, nos llevó a comer a su casa, allí mismo en la cocina mientras su mujer hacía la comida, y luego a la playa.
El resto de excursiones las hicimos con Santi Limón, un español afincado allí, majísimo y que nos llevó a muchísimos sitios. Tiene su rancho y oficina en el pequeño pueblo de El Limón, e ir con él es como ir con un amigo de toda la vida.
Pero como ya he dicho antes, hay tantas posibilidades, que puedes ir perfectamente por tu cuenta. Desde luego, hay donde elegir.
La suerte que tuvimos en este viaje es que nos regalaron una semana, sí sí, de regalo! Nos tocó la lotería de Navidad! Como íbamos a mediados de diciembre se ve que para la vuelta había problemas de plazas, con lo que nos preguntaron en la agencia si nos importaba volver una semana después, el día de Navidad concretamente, y sin pagar ni un duro más. Una semana más en el paraíso y gratis? Dónde hay que firmar?
Así que celebramos la Nochebuena cenando junto al mar y paseando por la playa, y la mañana de Navidad aprovechamos a darnos el último chapuzón y brindar con un coco loco. Así si que mola la Navidad!
En el próximo post os contaré los sitios que no os podéis perder.