Bueno vale, quizá no sean tan secretos, pero desde luego sí menos conocidos. Como ya conté en el post de Samaná, el tesoro escondido de RD, hicimos varias excursiones con Santi Limón, y la decisión no pudo ser más acertada. Aparte del trato familiar nos enseñó sitios que de no ser por él creo que no habríamos visto, porque al menos yo no tenía ni idea de que existían.
Uno de estos sitios fue el mirador de Punta Balandra, un sitio estupendo para ver ballenas cuando es la época, y si no lo es simplemente admirar las vistas de lo que parece el paraíso.
También fuimos a ver el Iguanario Los Tocones, un proyecto de conservación en el que puedes entrar a ver de cerca y tocar, si te atreves, alguna de las iguanas gigantes que hay.
Otro bonito mirador que no hay que perderse, pasado playa Cosón, en la carretera R-133, el llamado Bulevar Turístico del Atlántico. Vistas espectaculares de la playa y la cantidad de palmeras que pueblan esta región.
Y si quieres huir de grandes resorts y alojarte en un sitio único, otro sitio regentado por españoles, hay bastantes allí. El Cabito. Aunque no vayas a hospedarte, porque la verdad es que está un poco apartado, merece la pena ir a hacerles una visita y tomarte algo en su terraza sobre el mar. Qué mejor sitio para ver atardecer u observar ballenas en temporada.
Cerca del pueblo El Limón, hay un sitio que se llama El Arroyito. Es una piscina natural con un bar y bastante terreno con mesas. Es muy frecuentado por la gente de allí que va a bañarse, hay turistas pero no muchos. Se está bien, y es un sitio tranquilo donde tomarte algo, eso sí, si no te quedas hasta muy tarde. No sé si será casualidad o no eran horas, pero estábamos allí charrando con otra gente que habíamos conocido y se fué haciendo de noche. Ya empezó a rondarnos un policia diciendo que si le dábamos dinero que tenía que cenar. Ya nos sonó raro, la verdad, pero como allí la policía tiene fama de corrupta no quisimos arriesgarnos, así que le dimos algo, que para nosotros era poco, y a partir de ahí nos trató como si fuese nuestro guardaespaldas. Llamó a un primo suyo para que nos llevara en coche hasta el hotel, ya que no había taxis, y nos acompañó hasta que vino. Todo queda en casa. Con un armario ropero como era ese tío cualquiera se atrevía a plantarle cara. Lo nuestro quedó en una anécdota, no creo que hubiese pasado mucho más, pero la verdad que empiezas a asustarte un poco cuando ves que eres de los últimos turistas que hay por allí y que la cosa se pone rara. Eso no quita para que podáis ir un ratillo y disfrutar del sitio.
También disfruté mucho con el paseo desde la playa del Portillo, donde se encontraba nuestro hotel, hasta Las Terrenas. Es un paseo muy agradable y que puedes hacer sin ningún problema a pesar de que sea una distancia de unos 5 kms. Por el camino puedes ir haciendo paradas para tomar el sol o bañarte, y apenas te encontrarás gente. También hay algún hotel cerca de la playa que tiene su terraza chill out.
Otro día fuimos caminando hacia el lado contrario de la playa, y estuvimos en la zona de manglares que hay bastante cerca del hotel. En esa zona no hay casi nadie, se está muy tranquilo, y el paisaje es realmente bonito.
Otra cosa que recomendaría hacer. Alquilar un quad para ir a vuestra marcha algún día. O todos, eso ya según los gustos. Nosotros lo hicimos un día y lo pasamos genial. Lo alquilamos en Las Terrenas, nos salió bastante bien de precio por todo el día y pudimos volver a disfrutar de las playas más tranquilamente y parando por donde queríamos. No hay ningún problema en conducirlo, y puedes dejarlo aparcado tranquilamente que no pasa nada.
Y cómo no. No dejéis de ir al Café del Mar, en Santa Bárbara. Una buena opción para ir a tomar un cóctel, escuchar música y ver atardecer desde su piscina infinita. Yo lo disfruté mucho y creo que no deja a nadie indifirente.
Y desde luego no dejéis de pasar la oportunidad de ver los atardeceres en la playa, pasear por la orilla bajo la luna, comer pescado fresco y langostas a la brasa, probar la yuca frita, la mamajuana y el cocoloco. Tomar una Presidente, la cerveza dominicana, en cualquier sitio. Admiraros con la altura de las palmeras. Beber agua de coco sentados en la orilla, hacer snorkel por las aguas transparentes y disfrutar de cada rincón que ofrece esta maravillosa zona.
Si podéis ir en Navidad resulta chocante estar bañándote y escuchando villancicos a la vez, y si váis en cualquier otra época del año da igual, porque seguro que volvéis enamorados del paraíso que es Samaná.
Hola,
Muy interesante la descripción que hacés de los lugares que visitaste y muy lindas las fotografías!
Gracias Anabel por la buena información que nos brindás.
Saludos,
Silvina
Gracias Silvina, me alegro que te guste y espero que sigas leyendo muchas cosas más ?