Los pueblos más bonitos del Valle del Mosela

 

Hoy tenemos un día movido, vamos a ver bastantes pueblos, o esa es nuestra intención. Nos levantamos pronto y vemos que ha nevado un poco, los tejados están blancos pero no hay mucha más. Lo primero que hacemos es dar una vuelta por Cochem para verlo de día, y de paso desayunar. Como es pronto está muy tranquilo, casi no hay gente, y aun así, cuando voy a hacer fotos siempre aparece alguien. Por quéeeeee?!!! Bueno, pues esperaremos a que pase…

Cochem

Cochem

Cochem

Recorremos la plaza, sus callejuelas, y vamos subiendo al castillo de Cochem, en poco más de quince minutos estamos arriba.

Castillo de Cochem

Está cerrado, solo podemos verlo desde fuera, pero ha merecido la pena subir por las vistas de los tejados nevados, el impresionante exterior y las vistas del valle desde arriba. Hacen visitas guiadas a las 11, las 12 y las 13h, pero no podemos quedarnos, así que nos conformamos con lo que hemos visto.

Cochem

Itinerario y presupuesto Valle del Mosela

Bajamos y las tiendas parece que se resisten a abrir, son casi las diez de la mañana y aún están abriendo. Se ve que no les gusta madrugar. Nos compramos un dulce en una pastelería para más tarde y cruzamos el río para ver la vista más famosa de Cochem. La verdad es que es muy bonita, el río, las casas de colores, el castillo, yo … lo tiene todo! Jajjaja

Cochem

Cochem

Volvemos al coche y nos vamos al Castillo de Eltz que ayer no llegamos a ver. Tenemos que volver atrás unos kilométros pero no me importa, quiero ver ese castillo! Y si encima se ve un poco nevado va a estar chulísimo!. Por el camino vamos viendo los pueblos y vistas que ayer nos perdimos por llegar de noche. Es tan bonito. Cada vez hay más nieve, y cuando ya estamos subiendo la carretera de curvas que llega hasta Burg Eltz nos sale un hombre en la carretera y nos dice que demos la vuelta. Intento preguntarle qué pasa, pero solo habla alemán y no nos entendemos. Por los gestos parece que algo ha caído en la carretera, o nieve, o un árbol o lo que sea, el caso es que tenemos que dar media vuelta y volvemos a quedarnos sin ver el castillo. Jo. Hala, vuelta atrás, hemos gastado tiempo y gasolina para nada. Espero que en los siguientes pueblos tengamos más suerte.

Volvemos a pasar cerca de Cochem y paramos en Beilstein, la bella durmiente del Mosela. Lo llaman así porque después de la invasión de Napoleón los habitantes no tenían recursos para modernizarlo ni construir nada nuevo, por lo que se conserva igual desde entonces.

Beilstein

Beilstein

La Markplatz de Beilstein conserva casas del año 1322. Es un pueblo con mucho encanto, supongo que más en verano cuando los restaurantes y bares saquen sus terrazas a la calle.

Markplatz Beilstein

Beilstein

Cuando fuimos estaba prácticamente vacío, algo que casi se agradece para huir de los pueblos que están atestados. En lo alto del pueblo se pueden visitar las ruinas del castillo, menos mal que cuando estábamos subiendo pensando que podríamos acercarnos a verlas, nos encontramos unos señores que nos avisaron de que estaba cerrado, así evitamos subir tontamente.

Castillo de Beilstein

La visita a Beilstein es rápida, seguimos y nos vamos hasta Bremm. Aquí hay un mirador desde el que se ve una de las curvas más cerradas que hace el río Mosela. La verdad es que hace muchas, así que hay otros puntos desde los que se ven otras iguales o parecidas. Y aquí empieza la historia, yo pensaba que al mirador se podía subir andando, y a lo mejor se puede, pero no sé si nos metimos por otro sitio o qué que llegamos a unos viñedos y el mirador no lo vimos. Vistas bonitas sí, pero ver el meandro no lo vimos muy bien. Qué raro perderme o liarme en algún sitio no?

Meandro de Bremm

Para empezar no subí el coche porque dije, calle estrecha de doble dirección en un pueblo. No meto el coche ni de coña. No me gusta conducir por sitios que no conozco ni con estrecheces, y como no sabía lo que me iba a encontrar, pues hala, a pasear un rato, y de paso nos comemos el dulce que hemos comprado en Cochem. Vamos subiendo y veo las indicaciones a Calmont que sabía que había que seguir, y llegamos a una zona de viñedos donde subía un camino estrecho y muy empinado. Dijimos, allí no subimos, y fuimos por otro camino entre los viñedos. Desde allí hay muy buenas vistas pero no se aprecia con suficiente altura, pero no veía otro camino para seguir. Así que bajamos otra vez y entonces ví otro desvío que debía ser para ir con el coche que indicaba también Calmont. Se ve que esa calle me la salté, o no la ví, o qué se yo. Y mira que sabía que había que girar en una casa azul que hay en medio de la calle, pero oye, se ve que giré para donde no era. En definitiva, sí se puede ir en coche, hay que seguir las indicaciones que pone Calmont, y hay que girar a la derecha de la casa azul por lo visto. A pesar de todo, el paseo fue muy chulo, ver de cerca el desnivel de los viñedos y pasear por las calles del pueblo con tranquilidad también tuvo su encanto.

Bremm

Bremm

De aquí nos fuimos hacia Traben-Trabarch. Este es un pueblo algo diferente a los anteriores. El nombre compuesto viene de que antes eran dos pueblos, uno en cada orilla, hasta que se unieron en 1904. Llegamos a la parte de Trabarch, aparcamos en un parking de pago, como no creemos que vayamos a estar mucho rato echamos 1€ y tenemos para algo más de una hora. Damos una vuelta por este lado del pueblo, casas de piedra, algo más grandes que las que hemos visto hasta ahora, con un encanto diferente.

Traben-Trabarch Traben-Trabarch

Antes de cruzar el puente nos encontramos la antigua puerta de estilo medieval que daba entrada al pueblo.

Traben-Trabarch

En la orilla izquierda, en Traben, encontramos edificios de estilo Jugendstil, el modernismo alemán, y otros más decorados que los de la zona de Trabarch.

Traben-Trabarch

En esta zona hay muchas bodegas para catar vinos, y en algunas de ellas ponen puestos con adornos y dulces de navidad.

Traben-Trabarch

Aprovechamos a tomar un glüwhein para entrar en calor. Me llamó la atención que en estos mercadillos también tenían mojito caliente y piña colada caliente. No la probé, pero chica, donde esté un mojito con hielo… qué queréis que os diga.

Traben-Trabarch

A pesar del frío este pueblo me gusta para pasear por sus orillas y ver las vistas desde el puente, no me importaría estar más rato, pero hay que seguir.

Traben-Trabarch

Próxima parada… Bernkastel-Kues. Otro pueblo compuesto de uno en cada orilla y que también se unificó a principios del siglo XX. El google maps nos lleva a la orilla de Kues, menos transitada porque el casco antiguo más bonito está en la orilla de Bernkastel. Mejor, porque aquí aparcamos gratis y hay menos jaleo. Pasamos por una plaza con una pista de patinaje sobre hielo y unas casetas de comida y bebida. Aquí es cuando me doy cuenta que a estas horas y todavía no hemos comido! Son las tres y pico o más, así que cruzamos el puente y nos adentramos en el maravilloso centro histórico repleto de gente y con un gran mercado de navidad que ocupa varias calles. Está muy animado, casi no se puede ni andar, pero las calles y las casas son tan bonitas que se te olvida.

Bernkastel-Kues

Bernkastel-Kues

Pedimos una currywurst en una caseta, qué hambre tenía y qué ganas de volver a comerla! Desde que estuve en Berlín en el 2009 no la había vuelto a probar. Qué rica!

En la Markplatz hay una casa que nos muestra un gran calendario de Adviento en sus ventanas. Y también veremos la Spitzhauschen, una casa muy estrecha y torcida que todavía sigue en pie.

Bernkastel-Kues

Bernkastel-Kues

 

Ya empieza a anochecer y se van encendiendo las luces de las calles, las tiendas con sus decoraciones navideñas, los puestos del mercadillo, música en directo… Vaya ambientazo!

Bernkastel-Kues

Bernkastel-Kues

Bernkastel-Kues

Da gusto estar por aquí, damos varias vueltas, me tomo un ponche de huevo que siempre he querido probar, y nos vamos, que aún tenemos que llegar a Trier que es donde haremos noche.

En Trier nos alojamos en el hotel Casa Verde, en realidad está en las afueras, a unos 15 minutos del centro en coche. Vuelven a caer cuatro copos pero no acaba de nevar. Dejamos las cosas en el hotel, y nos vamos a ver Trier, o Tréveris en español. Dejamos el coche en un parking público en la Konstantin Platz. Y empezamos a patear las calles más comerciales, aunque ya está casi todo cerrado. Llegamos al mercado de Navidad, vemos la plaza y nos hacemos una idea de lo bonita que es esta ciudad.

Trier

Trier es la ciudad más antigua de Alemania, patrimonio de la Unesco desde 1986. Fundada por los romanos tiene varios sitios interesantes de esa época para visitar, como la Porta Nigra, las termas, un anfiteatro… Mañana volveremos para verlo todo, me encantan las ruinas romanas y aquí hay bastante que ver.

Trier

Hace bastante frío y estamos cansadas, el día ha sido intenso, pensamos en comprar una pizza y llevárnosla al hotel, pero al final nos la comemos allí mismo. Entramos en una PizzaHut, sí, allí no le han cambiado el nombre, y devoramos unos panes de ajo y una pizza de pepperoni. No será lo más típico de la zona, pero teníamos hambre y estábamos cansadas ya para buscar nada. Nos sienta divinamente.

Volvemos al hotel y por fin a descansar. Mañana tenemos bastante rato de coche. No sabía todavía que en realidad iba a ser mucho más del que me esperaba…

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