Sábado 15/6/19
Tras un día disfrutando de la maravillosa capital de Eslovenia, nos vamos de Ljubljana con ganas de volver muy pronto.
Desayunamos en el hotel Asteria, el comedor es pequeño y no hay mucho para elegir, pero suficiente para salir con la tripa llena y seguir descubriendo las maravillas de este país.
Nuestra primera parada va a ser la Iglesia de St Primoz en Jamnik, y al poco de salir de Ljubljana ya va cambiando el paisaje, empezamos a ver montañas y mucho verde. Cada vez vamos encontrando más y más curvas, señal de que estamos ya en plena zona de montaña. El paisaje es espectacular, da gusto conducir por aquí.
Aparcamos en una pequeña zona de tierra que hay antes de coger el camino que nos llevará a la iglesia. Es un paisaje de postal, como si hubiese sido hecho a posta para que todo quedara perfecto. El pequeño edificio blanco encima de una loma, un camino de tierra que destaca entre todo el verde de alrededor y un gran árbol que enmarca la vista. De los paisajes más bonitos que he visto nunca. Sin exagerar. Como si lo hubiesen dibujado y luego hecho realidad.
Estuvimos un buen rato por allí, disfrutando del panorama, del silencio, y saltando por los prados porque no pude resistirme a hacer un Julie Andrews en Sonrisas y Lágrimas jajajajaja.
Menos mal que llegamos pronto porque al rato empezaron a llegar coches y a aparcar delante de la iglesia. El motivo es que se iba a celebrar una boda, así que enseguida se estropearon las vistas y la tranquilidad, pero es lo que tiene ir en sábado, qué le vamos a hacer.
Al irnos volvemos por el mismo camino que hemos venido, y no podemos evitar parar en un pueblo que hemos pasado antes. Se llama Kropa.
Seguramente no sea famoso por nada, pero en medio de las montañas, con el río que pasa por un lateral, y esas casas tan monas era una parada que no podíamos dejar de hacer.
Seguimos hasta las Gargantas Vintgar, otro paraje impresionante. Hay que pagar el parking, no hay ningún sitio para aparcar gratis y que esté cerca. Pagas 3€ de parking y 8€ de la entrada a las gargantas.
Es un paseo muy chulo, por pasarelas de madera, viendo el increíble color del agua turquesa.
Cuando llegas al final hay unos tornos, y puedes seguir andando hasta ver una cascada. Luego vuelves por el mismo camino.
Nos costó como hora y media hacerlo todo creo, y eso que paramos a hacer fotos y a comer algo de fruta que llevábamos en la mochila en un lado del camino. Vamos, máximo dos horas si te alargas.
Salimos encantados, creo que es una visita obligada en Eslovenia.
Al salir nos tomamos unas cervezas Radler. A partir de ese momento nos volvemos adictos a esta cerveza que en vez de limón lleva pomelo rojo. Qué ricas! Quiero una ahora! 🍺
Y nos fuimos hacia el lago Bled, la joya del país, o al menos lo más conocido.
✅ Un poco antes de llegar al lago hay un parking grande. Tiene una barrera y parece que no puedes pasar de ahí a no ser que vayas al camping que hay más abajo. Nosotros lo dejamos antes de entrar en la zona de pago, vimos que había coches aparcados en el arcén y ahí lo dejamos. No nos multaron ni nada y había más coches, así que supongo que no pasa nada.
Hasta llegar al lago hay un paseo de unos quince o veinte minutos, se hace bien, pero yo pensaba que estaba más cerca por las indicaciones que había leído. Por fin lo vemos y es una maravilla. Ahora entiendo por qué es tan famoso.
Lo primero que vemos es la zona de playa que está llena de gente, pero con el calor que hace la verdad es que apetece darse un baño.
✅ No hemos cogido los bañadores porque la idea era subir primero al mirador Ojstrica, pero estando tan lejos del coche ya no nos apetece volver. Así que si queréis bañaros acordaros de llevaros los bañadores y las toallas al bajar.
Para llegar al mirador Ojstrica hay que pasar el camping, lo dejamos a mano derecha y seguimos andando. Veremos un camino más adelante que indica los miradores.
Y ahora, a subir! No es una subida horrible, al menos hasta el primer mirador, el segundo ya no lo hicimos porque total era ver lo mismo más alto, así que nos quedamos en el primero, disfrutando de las vistas con más gente, por supuesto no estábamos solos, y haciendo fotos. Es de esos sitios que por muchas fotos que hayas visto te sorprende cuando lo ves en directo. Desde luego Eslovenia nos está regalando paisajes espectaculares, y eso que acabamos de empezar la ruta.
Cuando bajamos nos sentamos un rato a descansar junto al lago, estamos muy cerca del embarcadero y nos decidimos a alquilar una barca. 20€ por una hora, quizá un poco caro, pero oye, un día es un día.
✅ Si vais a alquilar una barca en el lago Bled llevad dinero porque solo aceptan pago en efectivo.
En una hora nos dio tiempo a llegar a la isla central, visitarla y volver.
Remar y controlar la barca no es tan fácil como parece, pero echamos unas risas jajaja.
Para relajarnos volvemos a sentarnos un rato en la orilla y antes de irnos compramos unos helados buenísimos en un puesto que hay en el camino de vuelta.
Nos vamos al hotel a dejar las maletas. Está en un pueblo a unos diez minutos del lago, se llama Rooms Hromic. La señora que nos recibe es muy maja y nos ofrece unos zumos, nos dice que la zona en la que está la casa es muy bonita, que hay un río cerca donde la gente va a pescar. Dejamos todo y nos vamos a dar una vuelta por la zona, y desde luego tenía razón, qué bonito y qué tranquilo todo.
Rodeado de montañas, solo se oyen los cencerros de las vacas, algún perro que ladra a lo lejos y los pájaros. Llegamos al río donde efectivamente hay un hombre pescando, y estamos un rato paseando por allí, hasta que decidimos irnos otra vez hacia el pueblo de Bled para cenar.
Aparcamos y miramos un poco lo que hay por allí. Hay muchos restaurantes, pero algo caros, se nota que estamos en la zona más turística de Eslovenia.
Al final nos sentamos en un bar junto al lago y pedimos una pizza y unas cervezas Radler, ya no podían faltar en nuestra dieta 😜
No está mal la pizza, pero valen más las vistas, la verdad. Después de cenar vamos rodeando el lago y descubrimos que justo enfrente hay una zona mucho más animada. Esa sí que es la zona turística por excelencia. Hoteles, tiendas, bares, restaurantes, heladerías… mucha animación. Nos tomamos un helado y volvemos hacia el coche, estamos cansados y mañana tenemos que seguir viendo más maravillas eslovenas.
Nos estás descubriendo un destino muy interesante 😀👏👏
Sii, desde luego lo es, un país por descubrir 😉