Dos días en Edimburgo

Los que me seguís en Instagram o aquí en el blog, ya sabéis que desde que fui casi por casualidad a Viena coincidiendo con los mercadillos navideños me he vuelto una adicta de estos viajes. De momento he podido ir todos los años a visitar alguna zona europea y de paso disfrutar de su ambiente de Navidad. Tenéis los post de Viena y Salzburgo, Alsacia, y Valle del Mosela.

Pues siguiendo con esta tradición este año nos fuimos a Edimburgo. Es una ciudad que me apetecía visitar hace tiempo, y aunque no teníamos tiempo para ver nada más de Escocia estoy segura que en algún momento volveré a esta encantadora ciudad y sus alrededores.

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Este fue un viaje corto, no teníamos muchos días y tenía que coincidir con el puente de diciembre para aprovechar un poco más, así que fuimos del 5 al 8. Lo peor fueron los horarios de avión, que eran bastante malos, y al final tuvimos que coger tanto el vuelo de ida como el de vuelta con escala porque era la única manera de aprovechar un poco más. De esta manera el primer día llegábamos sobre las cuatro de la tarde y pudimos dar una vuelta por el mercado de Navidad. Luego estuvimos dos días enteros y el cuarto ya fue todo de viaje.

Como os decía antes llegamos al aeropuerto de Edimburgo a las 16 . Llegar a la ciudad es muy fácil.

🚌 Cómo llegar del aeropuerto de Edimburgo al centro?

La manera más económica es el autobús. Tienen bastante frecuencia y se coge enfrente de la puerta de salida del aeropuerto. Si sales por la buena, si sales por otra como hicimos nosotros tienes que ir hacia la parte de más atrás y ya se ve la taquilla y el bus.

Hace varias paradas hasta el centro, nosotros bajamos en Princess St, porque era la que nos pillaba más cerca de dónde íbamos.

El billete de ida y vuelta cuesta 7,5 Libras

🙋 Recordad que para este viaje tenéis que cambiar los euros por Libras. Allí tienen las libras escocesas, y aunque los billetes son diferentes el valor es el mismo que el de la libra inglesa. Me advirtieron que si me sobraban libras escocesas igual en el banco no me las querrían cambiar, pero al final no tuvimos ningún problema. De todas formas tenedlo en cuenta por gastar primero las de allí.

Nuestro alojamiento esta vez fue un apartamento que alquilamos a través de Airbnb. Estaba en Rose St. Una calle muy cerca de Princess St, la más comercial y animada de toda la ciudad. En nuestra calle había un montón de restaurantes, cafeterías y pubs, la verdad es que estaba muy bien situado porque a pesar de eso era una zona tranquila. El apartamento estaba en una casa antigua, pero muy bien decorado y muy acogedor.

Y una vez que habíamos dejado las maletas y todo nos fuimos a ver algo de Edimburgo.

Lo primero que hicimos fue ir al mercado de Navidad de Edimburgo. Ocupa una parte bastante amplia de los jardines de Princess St. Aparte de los puestos de decoraciones navideñas y artesanía, hay casetas de comida de todo tipo. En la parte de abajo estaba el mundo de Santa Claus, una zona infantil con varias atracciones.

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En la parte de arriba había también atracciones para más mayores, la noria, un carrusel y alguna otra. Yo quería subir a la noria, pero cuando vi que costaba 9L se me pasaron las ganas. La verdad, era todo bastante caro. El vino caliente costaba entre 4,50 y 5 libras, y aquí no era como en otros países que pagas ese precio y te quedas la taza, aquí te lo ponen en un vaso de plástico y arreando. Pero no iba a renunciar a mi vino caliente, así que algunos cayeron, menos que otras veces, la verdad.

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Estuvimos disfrutando del ambientillo navideño, cenamos unas currywurst y dimos una vuelta por las calles cercanas donde empezamos a descubrir el encanto de esta ciudad de edificios de piedra que se asoman entre la niebla. Mira que me gusta poco el mal tiempo, pero reconozco que Edimburgo perdería parte de su encanto si no fuera por la niebla, o la luz amarillenta de las farolas reflejándose en el suelo mojado.

La verdad que el tiempo en Edimburgo es horrible. Cambia constantemente y puedes vivir las cuatro estaciones en un día. Al día siguiente lo sufriríamos en nuestras carnes cuando en cosa de una hora pasamos del viento helador a la lluvia y al sol. Así que en la maleta hay que meter un poco de todo, paragüas incluído.

QUE HACER EN EDIMBURGO EN DOS DIAS

Primer dia en Edimburgo

La verdad es que hay mucho para ver, pero como siempre tienes que ajustarte a lo que más te gusta. Nosotros por ejemplo no fuimos a ver ningún museo porque ya te quita tiempo de otras cosas, pero eso es cuestión de gustos y prioridades.

En esta época hay pocas horas de luz, amanece muy tarde y oscurece bastante pronto. Por la mañana eran más de las ocho cuando empezaba a clarear, y sobre las cuatro de la tarde ya casi no había luz, así que hay que organizarse bien el día si quieres aprovechar las horas de luz.

Empezamos el día desayunando en una cafetería cerca de casa que encontramos abierta. La verdad que estaba todo muy bueno. Y ya con el estómago lleno nos vamos hacia la Royal Mile. Pasamos por el abeto de The Mound que cada año dona el pueblo de Hordaland en Noruega a la ciudad.

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Empezamos a caminar entre las casas de piedra y ya nos damos cuenta de lo bonito que es todo.

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Cruzamos la Royal Mile y vamos a parar a George St. Esta calle es la que va por encima de la famosa Victoria St. No sé si hay más calles así en algún sitio, pero esto de que sea a dos alturas es muy curioso. Bajamos a pasear por Victoria St. entre sus escaparates de colores y la verdad que es como estar en un cuento. Dicen que en esta calle se inspiró JK Rowling para crear el famoso callejón Diagon de la saga Harry Potter. Incluso hay una tienda de artículos de broma como la que sale en el libro. También aquí hay varias tiendas de artículos exclusivos de la película, así que los fans vais a disfrutar. Nosotros entramos por la tarde a echar un vistazo y de paso compramos algo.

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✅Ojo, que en la tienda oficial, que es la que tiene la entrada más pequeña, si subís hasta el último piso hay un rincón donde podéis haceros fotos con la toga y la bufanda de Gryffindor.

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Volvimos a subir a la Royal Mile, su nombre viene de la distancia que hay desde el castillo de Edimburgo al palacio de Holyrood, una milla, y por la que pasaba la realeza para ir de uno a otro sitio. Fuimos entrando en los Closes más bonitos.

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Qué son los Closes de Edimburgo?

Son callejones que van a parar a jardines secretos, patios de vecinos o simplemente de paso a otra calle. En muchos no hay nada pero en otros hay auténticas maravillas escondidas y merece la pena meterse a ver qué hay. Aquí os dejo algunos de los más bonitos.

Tweedale Court. Un encantador callejón que nos lleva a un grupo de casas del siglo XVI.

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Dunbar’s Close. Muy cerca de Holyrood encontramos estos jardines secretos. Es una delicia pasear por este lugar tan tranquilo que quién diría que está junto a la calle más grande de Edimburgo.

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White Horse Close. El primero que encontramos al salir de Holyrood, de hecho formaba parte del castillo pues eran las caballerizas. Aquí también se encontraba la posada que da nombre a esta pintoresca plaza y en la que se destilaba el famoso whisky del mismo nombre.

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Bakehouse Close. Uno de los mejor conservados, aún se puede apreciar un edificio hecho de madera. Un salto en el tiempo sin duda.

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Advocate’s Close. Otro callejón del siglo XVI, desde el que tenemos una bonita vista de el monumento a Scott. Sin duda un paseo por este callejón viendo los edificios de piedra de la época es algo que no puedes dejar de hacer.

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Lady Stair’s Close. Desemboca en una gran plaza donde encontramos edificios imponentes y el escondido y pequeño museo de los escritores.

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Chessel’s Court. Este callejón desemboca en una tranquila plaza y en la que podéis encontrar el portal de una casa que tiene un corazón de hiedra en la pared. Sin duda la foto que plasmará vuestro sentimiento por Edimburgo cuando os vayáis.

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Llegamos al palacio de Holyrood. Solo visto desde fuera rodeado de las colinas ya es bonito, pero la verdad que la visita por dentro merece la pena también. La entrada cuesta 14 L te dan una audio guía y así te vas enterando de la historia del palacio, de que la reina de Inglaterra aún veranea allí todos los meses de julio, por eso si vais en esa fecha no lo podréis visitar, y de las intrigas que rodeaban a Maria Estuardo reina de Escocia. Una visita muy interesante y que yo que vosotros no me perdería.

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Junto a él está la Abadía de Holyrood, ya en ruinas, pero con un encanto increíble. A mí es que me encantan los sitios en ruinas para hacer fotos. Solo se puede visitar junto con el palacio.

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Al salir volvimos a subir por la Royal Mile viendo el resto de los closes y disfrutando de la arquitectura de la calle. Me encantan esas casas de piedra, cada una con su personalidad, los escaparates de madera y las tiendas y salones de té con ese aire tan británico.

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Entramos a uno a tomar un té con scones y qué maravilla. Se me hace la boca agua. Si aún no los habéis probado no esperéis a hacerlo, son unos pasteles que se untan con mantequilla y mermelada, o con crema agria. Algunos llevan arándanos u otro tipo de frutos rojos, otros no llevan nada, pero en cualquier caso están riquísimos.

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Desde aquí nos fuimos a la colina de Calton Hill desde donde tenemos unas vistas espectaculares de toda la ciudad. Con un poco de suerte no hace aire y no sales volando como casi nos pasa a nosotros porque en ese momento se levantó un airucho que para que luego digan del cierzo de Zaragoza. Qué barbaridad!

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De allí nos fuimos hacia el cementerio de Greyfriars, dimos una vuelta buscando la tumba de Voldemort jajajaja. Esto ya es para muy fans de Harry Potter. Es una tumba un poco escondida, en la que están enterrados un padre y un hijo llamados Thomas Riddell, y el nombre del personaje es Thomas Marvolo Riddle. Por eso se dice que es la tumba que visita Harry en las novelas del que no puede ser nombrado.

✅ Para encontrarla tendrás que ir hasta la muralla de piedra, cruzarla y girar a la derecha hasta casi el final. Hay que ir fijándose porque obviamente no está señalizada ni nada. Está pegada a la pared, no es de las que están en el suelo.

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Este cementerio, como todo Edimburgo, está lleno de leyendas e historias de fantasmas. Existen varios tours para conocer estas historias. Nosotros no nos apuntamos a ninguno porque no me fiaba de que nos dieran algún susto, que sé que en algunos lo hacen, así que lo dejamos pasar. De todas formas si os interesa no tendréis problema en encontrar alguno allí mismo porque hay propaganda de varios tours por todas partes, también tours de Harry Potter.

En esta capilla hay una leyenda que dice que hay poltergeist y gente que siente cosas extrañas. Nosotros estuvimos por allí y no notamos nada así que cada uno crea lo que quiera 😅.

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También en este cementerio está la tumba del perro Bobby, dicen que cuando murió su dueño pasó el resto de su vida junto a la tumba. Lo enterraron aquí también y ahora la gente le lleva flores y palos para que juegue.

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A la salida del cementerio hay una estatua del perro, que en la foto parece más grande de lo que es, porque cuando lo ves en vivo es muy pequeño! Me recordó al torico de Teruel 😉

Justo detrás de la figura está el pub Greyfriars Bobby. Cuentan que al principio la estatua de Bobby estaba mirando hacia el pub, pero el dueño, muy listo él, la giró para que en las fotos apareciera la puerta del establecimiento y así tener publicidad gratis.

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Pasamos por la zona de Grassmarket, una de mis favoritas,aunque.. creo en Edimburgo todo fue mi favorito 😊

Esta plaza albergó un mercado de ganado desde el siglo XV hasta principios del XX. También se puede ver el punto donde estaba la horca, y algunos de los pubs con historia, como el Last Drop (Ultimo trago). Se llama así porque en él dejaban que tomasen la última copa los reos antes de ser ejecutados.

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Al lado vemos el Maggie Dickson, también llamada la medio ahorcada. Cuentan que Maggie abandonó a su marido porque la maltrataba, y encontró trabajo en una granja, donde se quedó embarazada del hijo de los dueños. Cuando la encontraron la condenaron a muerte, no por adulterio como pueda parecer sino por abandonar al marido. Algo no funcionó en el ahorcamiento y cuando iba camino del cementerio despertó, y tuvieron que dejarla libre, puesto que como ya la habían ejecutado la ley no contemplaba volver a matar a un ejecutado. De ahí salió su apodo. Como véis Edimburgo está lleno de leyendas a cada cual más interesante.

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Decidimos ir a buscar un sitio para comer, así que empezamos a pasear y al final entramos en el pub George IV, en la calle del mismo nombre. Comimos muy bien, fish &chips, salchichas con puré de patatas y las bebidas. Comida típica de pub, muy rica. Lo bueno de ir a los pubs es que puedes entrar a cualquier hora a comer, así que a los españoles nos va muy bien porque no tienes que estar pendiente de que se te pase la hora de allí. Entre que comimos y todo se nos hicieron casi las cuatro de la tarde y ya empezaba a anochecer, así que nos dedicamos a pasear para ver las calles iluminadas.

De vuelta en la Royal Mile entramos en la Tron Kirk, una iglesia desacralizada que ahora es un mercado de artesanía y libros. Está muy bien, un buen sitio para comprar un regalo diferente y original.

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Después fuimos por Princess St que es la calle más comercial, donde están las tiendas de marcas y los grandes almacenes. Buscamos también un supermercado para comprar el desayuno para el día siguiente. Así que entre eso y subir todo a casa se nos pasó la tarde. Cuando volvimos a bajar nos fuimos a ver los almacenes Jenners donde hay un árbol de navidad gigantesco.

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Nos fuimos a St Andrew Square, una plaza donde ponen una pista de patinaje sobre hielo redonda, y en el centro hay un bar de lo más cuqui. Todo de madera y decorado como si fuera un refugio de montaña. Tomar un chocolate caliente allí fue una buena idea, nos sentó la mar de bien.

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Después nos fuimos a The Dome un restaurante bastante lujoso que es una locura de luces de navidad. Nunca en la vida había visto tanta iluminación junta, casi exagerada. La entrada, el árbol del centro y toda la planta baja es una locura. Merece la pena acercarse. Además aunque no vayáis en Navidad es un sitio muy bonito donde ir a tomar un té en uno de sus salones o cualquier cosa en el bar bajo la cúpula. Por si os queréis dar un capricho.

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Compramos una pizza para llevarnos a casa y descansar, estábamos ya reventados. Al día siguiente nos quedaba mucho por descubrir.

En el próximo post os cuento nuestro segundo y último día en Edimburgo.

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