14 de septiembre
Hoy tenemos una larga ruta por delante, y de las que no pararemos en ningún sitio. Salimos de Las Vegas hacia Mammoth Lakes, son algo más de 5 horas de camino, y como no nos apetece pasar por Death Valley, evitamos esa carretera.
Al salir de las Vegas paramos en un super a comprar agua y ya tiramos millas, nunca mejor dicho. Y ojo a lo que nos pasó, que de verdad que lo nuestro no tiene nombre. O igual alguno que quedaría feo escribir aquí. Me habían advertido de que si te pasas del límite de velocidad en carretera te puede salir la policía de cualquier sitio. Pues cuando cogimos una de esas carreteras rectas infinitas, de dos carriles, se nos fue el pie y sin darnos cuenta nos debimos pasar. Ibamos tan tranquilos cuando de repente desde el otro lado de la carretera se cruza por todos los carriles un coche de policía y se nos pone detrás con las sirenas. Paramos a un lado en el arcén y sale el tío del coche, se acerca a la ventanilla y dice, hola, va usted muy deprisa. Si si, como en las pelis, solo que esta vez no me hacía tanta gracia. Total, multazo, que ya veremos si llega, cuándo y cómo. Ponía un teléfono para llamar y había que ir a pagarla a un juzgado, pero no fuimos. Así que a ver qué pasa. Si os ha pasado algo parecido contadme cuál fue vuestra experiencia con las multas, porque ahora mismo no sé nada. Así que ya sabéis, controlad mucho los límites de velocidad, que la policía te sale de cualquier parte.
Solo paramos para echar gasolina, pero encontramos esta gasolinera tan graciosa.
Otra vez cambiamos de estado y dejamos Nevada para volver a California de dónde ya no nos moveremos.
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Fuimos variando de paisajes áridos a montañas escarpadas, y por fin llegamos a Mammoth Lakes. Al final el viaje mereció la pena para llegar a este pueblecico entre montañas con unos paisajes de postal. El tiempo había cambiado radicalmente, allí hacía más frío, tuvimos que cambiarnos de ropa en el coche y empezar a ponernos capas, encima hacía aire así que la sensación era de más frío todavía.
Para aprovechar la tarde fuimos directos a buscar los Twin Lakes , y por allí estuvimos paseando y haciendo fotos.
El paisaje es espectacular, resultaba un poco incómodo por la ventolera que hacía que no te deja disfrutar a gusto de estas vistas tan increíbles. Sin duda estar más tiempo por allí haciendo trekkings tiene que ser una maravilla.
Volvimos al coche y encontramos un camino que subía hacia Lake Mary y decidimos ir. Era una maravilla y desde la carretera se tenían unas buenas vistas de los Twin Lakes. Allí hacía más aire, y aunque el paisaje era espectacular no estuvimos mucho rato porque nos estábamos quedando tiesos. Pensad que estamos a más de 2000 m. de altura, que en invierno es una estación de esquí, así que este tiempo es normal.
Nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo, es muy pequeño pero muy cuqui. Se nota que es un sitio de pijos como digo yo, sería como en España irte a Baqueira o algo así. Hay tiendas de ropa deportiva, restaurantes y poco más. Está completamente hecho para el turismo, eso está claro. De hecho, el Village que es como llaman a esta zona, fue construida en 1984, así que es bastante reciente.
Y un detalle que me gustó mucho es que en algunas zonas tienen hogueras encendidas para que vayas cogiendo calor. Y la verdad que se agradece.
Cuando anochecía nos fuimos a dejar las maletas al Motel 6 que es donde habíamos reservado. Está en la carretera de entrada y la verdad es que me sorprendió lo bien que está para ser un motel. Tiene hasta piscina, que por supuesto no usamos, porque tenía que estar el agua helada con la temperatura que había allí. Eso sí, es caro de narices, pero es que en este pueblo todo es caro. Pijerío total. También hay varios campings, algunos de ellos con casas de madera, pero supongo que merecen la pena si vas a estar más días haciendo excursiones por la zona, porque la verdad es que hay mucho que ver.
Nos fuimos a buscar un sitio para cenar, y cuando vimos que en todos los sitios los precios se iban de madre, decidimos entrar a un restaurante que me había hecho gracia cuando estuvimos por la tarde. Tenían costillas y me apetecía probar uno de esos costillares que aquí comes en restaurantes de franquicias a ver qué diferencia había. Pues una diferencia abismal, como era de esperar. Madre mía qué carne más tierna y más rica!! Pedimos un costillar para compartir, con un pan de maíz, y una sopa que pedí yo de entrante a ver si me quitaba el frío . Para beber pedimos unas cervezas que hacen allí, y estaba buenísima también. Nos costó 55,13 $, pero mereció la pena por lo bien que cenamos. El restaurante se llama Smokeyard y si vais os lo recomiendo totalmente.
Después de cenar dimos otra vuelta por bajar un poco la comilona y ver cómo iluminan el pueblo, parecía que fuera Navidad, más mono… Pero tampoco había mucho más que hacer, así que nos fuimos al hotel a descansar que el día siguiente también nos quedaban horas de carretera.
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¡¡¡qué te recuerdos!!!
ja jaja quería decir… ¡qué recuerdos!
Jajajja, me alegra que te ayude a recordar. Son sitios tan bonitos que me encantaría volver ya! jajaja.