Coimbra, Alcobaça, Nazaré y Óbidos

 

Hoy va a ser un día intenso, tenemos varias paradas hasta llegar a Lisboa y encima aún improvisamos por el camino. Ahora que lo sé creo que habría hecho otra noche antes de llegar a la capital portuguesa, pero bueno, para otra vez ya lo tendré en cuenta.

Nos levantamos en Coimbra y desayunamos en una terraza de la calle donde tenemos el hotel, un zumo y uno de esos ricos pasteles que abundan en todas las pastelerías. Y nos vamos directos a ver la Universidad de Coimbra ya que ayer llegamos tarde y ya estaba cerrada. Es la más antigua de Portugal y una de las más antiguas de Europa y entre otras salas interesantes alberga la Biblioteca Joanina, una de las más bonitas del mundo. Aquí encontraremos libros de los siglos XV a XIX que se conservan perfectamente gracias a su interior de madera que absorbe la humedad. Las decoraciones son impresionantes, solo por entrar en esta sala merece la pena la visita. La universidad se encuentra en lo que era el Palacio Real de Coimbra, un edificio sencillo y con mezcla de estilos de diferentes épocas y declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Universidad de Coimbra

Desde el patio podemos ver unas bonitas vistas del río Mondego y el resto de la ciudad.

Universidad de Coimbra

También podremos subir a un gran balcón al que se accede por la Facultad de Derecho y seguir disfrutando de vistas aún mejores.

Universidad de Coimbra

En la universidad aparte de la biblioteca Joanina se visitan entre otras cosas la Sala do Examen privado y la sala de los Capelos, esta última se ve a través de un balcón desde el que se puede admirar el magnífico artesonado del techo.

La capilla de Sao Miguel, del siglo XVI alberga un órgano barroco del año 1733 y un retablo dorado que son una auténtica maravilla.

La visita la podéis hacer por libre por 9€ o guiada por 15€. A mí me pareció una visita muy interesante. No puedo dejaros fotos del interior porque estaba prohibido hacerlas. Y sí yo soy de esas que no se atreve a sacar la cámara si pone prohibido para que no me digan nada, qué le voy a hacer.

Universidad de Coimbra

 

Y después de estar un rato por allí disfrutando de las vistas, nos fuimos hacia Nazaré, pero como os decía al principio se nos ocurrió improvisar, y al pasar por Alcobaça decidimos entrar a ver el famoso Monasterio de Alcobaça. La verdad es que es enorme, también declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.

Monasterio de Alcobaça

Por dentro es tan impresionante como por fuera, nosotros no entramos a visitar el Claustro por no perder mucho tiempo y por no pagar la entrada que nos pareció un poco cara, no os voy a engañar, pero la parte de la iglesia que vimos me pareció preciosa. Ahí podréis ver las tumbas de Inés de Castro y el Rey Don Pedro, que tienen su historia. El Rey conoció a Inés de Castro y se enamoraron perdidamente, la única pega es que él estaba ya casado, así que fueron amantes. Cuando la esposa murió se casó con ella, pero nunca la reconocieron como reina. Al morir Inés, él hizo que la reconocieran como reina, hizo construir una tumba de mármol blanco en el monasterio y quiso que la suya estuviese enfrentada a la de Inés, porque así cuando resucitara y se levantara sería ella lo primero que vería. Qué bonito no?

Monasterio de Alcobaça

Dimos una vuelta por el pueblo que es bastante mono…

Obidos

Alcobaça

…y ya sí, nos vamos a Nazaré!

Yo no tenía ni idea de que este pueblo era tan grande, si no, no me hubiese parado por el camino, o al menos le habría dedicado más tiempo.

Este pueblo de pescadores está dividido, por una parte encontramos la zona baja, la que está junto a su inmensa playa y en la que encontramos un montón de restaurantes y tiendas, y por otra la zona de encima del acantilado.

Nazaré

Aparcamos donde pudimos, porque no deja de ser un destino turístico de verano y se pone hasta arriba de gente, y decidimos buscar un sitio para comer. Por cierto que se come genial en este pueblo. Nos metimos por las callejuelas y nos sentamos en unas mesas que había en una calle donde corría aire y se estaba fresco, lo que se agradecía con la que estaba cayendo. Y la verdad que no pudimos comer mejor, unos calamares fresquísimos y pescado. Todo delicioso y a buen precio! Después nos fuimos hasta la parte del pueblo que está encima del acantilado, desde allí se tienen unas vistas espectaculares de toda la playa. Una de las cosas que me gustan de las playas de por aquí es que tienen casetas de colores para dejar tus cosas y protegerte del sol.

Nazaré

Nazaré

Además se puede visitar el faro que tiene un estupendo mirador y el Santuario de Nossa Senhora de Nazaré.

Nazaré

Nazaré

Algo que llama la atención de este pueblo es que muchas señoras siguen vistiendo de negro y con su pañuelo en la cabeza, como era típico hace años.

Nazaré

Después quisimos bajar al puerto, donde había leído que los pescadores siguen vistiendo el traje típico y que es muy pintoresco, pero aún teníamos que visitar Óbidos y se nos echaba el tiempo encima, así que lo dejamos para otra vez.

Con las ganas de haber seguido disfrutando de este pueblo que me gustó tanto, nos fuimos a otra maravilla de pueblo. Óbidos es un pueblo medieval amurallado que conserva todo su encanto.

Obidos

Cuando fuimos todavía quedaba alguna decoración de la Feria medieval que celebran todos los años en julio y que la verdad tiene que ser muy chula, porque con el escenario natural que tienen no hace falta mucho más. La calle principal es la que tiene más tiendas y está atestada siempre, pero si te pierdes un poco por el resto de callejuelas empedradas puedes disfrutar de sus casas blancas y con toques de azul o amarillo. Todas están pintadas con esos mismos colores, y con flores, lo que hace que el pueblo sea tan encantador.

Obidos

Obidos

Se puede pasear por la muralla y sentirse como si fueses el vigilante medieval en busca de posibles atacantes. Ojo que en la muralla no hay barandillas y como te despistes te vas abajo. Desde allí se tienen unas bonitas vistas de todo el valle y del castillo que corona el pueblo.

Obidos

Obidos

Obidos

También podéis beber un chupito de Ginja de Óbidos, que es el mismo licor de cereza que encuentras en el resto del país, pero en vez de llamarle Ginginha le acortan el nombre. No os olvidéis de pedirlo con el vaso de chocolate! 😉

Se puede visitar una librería que hay en una antigua iglesia.

Obidos

Y lo mejor, perderte por sus calles y disfrutar del colorido y del encanto del pueblo. Aquí es donde pensé que podríamos habernos quedado a dormir para poder cenar en una de esas terrazas tan monas que tenían por cada rincón.

obidos

Obidos

Obidos

Pero también tendrá que ser para otra vez, porque todavía teníamos que llegar a Lisboa y nos faltaba una hora de viaje más entrar en la ciudad, aparcar y todo el jaleo. Menos mal que tuvimos suerte y después de dar unas vueltas encontramos sitio justo delante del hostal donde nos alojábamos. Así que decidimos que no lo íbamos a mover de ahí en los días que nos quedaban, por lo que las excursiones las haríamos en tren. Y es que el aparcamiento como en casi todas las grandes ciudades está horrible, y encima teníamos el hostal muy céntrico, con lo que fue una suerte encontrar ese sitio.

Después de dejar las cosas en la habitación salimos a cenar y a dar una vuelta, pero de Lisboa os hablaré en los siguientes post.

Espero que os sirva de ayuda este post, y no olvidéis que si reserváis desde Booking a través del enlace verde que encontraréis en la página de inicio del blog os harán un descuento de 15€. Gracias!

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