Hoy toca madrugar de lo lindo. A las cuatro de la mañana nos vamos hacia Abu Simbel, uno de los templos más impresionantes y mejor conservados que hay en Egipto. Como estamos llegando al sur y va haciendo más calor, yo bajo toda estupenda con mi pantalón corto y en tirantes, menos mal que el guía me avisa de que voy a tener frío y me dice que me ponga un pantalón largo y algo de abrigo. A ver alma cándida que estás en el desierto! En fin, a veces tengo cada cosa… Y menos mal que me abrigué, porque en la furgoneta que nos llevó hasta Abu Simbel pasé más frío que en toda mi vida! Qué horror, ya no sabía cómo ponerme, me tapaba hasta con la cortinilla de la ventana. Esto lo cuento por si hay algún otro ignorante de la vida como yo, que vaya preparado.
El viaje como he dicho sale muy pronto, además hay que ser puntual porque vayas en grupo o por libre todos los autobuses salen a la vez. Van todos juntos escoltados por la policía hasta el templo y vuelven juntos también. Si haces la excursión por libre te sale bastante más barata, porque en ésta es en la que se aprovechan las agencias y te meten unas clavadas impresionantes, de hecho creo que es lo que más te sube el coste del viaje, pero merece la pena. Nosotros para no liarnos la pagamos ya con el viaje, porque leí en el foro que a veces te ponían pegas si venías de un barco y no sé cuántas cosas, y como ya la situación está cómo está, decidimos no complicarnos y pagar más, pero ir a lo seguro.
El madrugón es generoso y el viaje largo, casi tres horas, pero a cambio ves amanecer en el desierto.
Llegamos pronto sobre las 7 de la mañana y allí sí que ya empezaba a notarse el calor, aunque tampoco era para exagerar. Cuando llegas ves una esplanada grande alrededor de una colina, tiendas y gente vendiendo pañuelos, camisetas, pulseras… Pero cuando rodeas la colina viendo el lago Nasser, y llegas delante de la roca donde está excavado el templo…. Oh maravilla! Es el típico sitio que has visto en fotos un millón de veces pero que cuando estás delante parece otro. No sé cómo explicarlo, me pasó lo mismo en las pirámides, por muchas fotos que veas cuando lo tienes ante tus ojos es totalmente diferente.
El templo se conserva muy bien porque como muchos otros quedó sepultado en la arena, hasta que en el año 1918 lo descubrió un explorador suizo. Cuando se construyó la presa de Asuán lo movieron unos metros para que el agua no acabase destruyéndolo. Muchos países ayudaron a la reubicación de este templo con grandes aportaciones de dinero, entre ellos España, y como Egipto tiene tantos tesoros, para agradecer la ayuda regalaron algunos de estos a los países que habían ayudado. Ahora ya sabéis por qué el templo de Debod está en Madrid.
Abu Simbel lo construyó Ramsés II para demostrar su grandeza antes los nubios, pueblo que vivía al sur de Egipto, cerca de Asuán. Y como él lo valía no tuvo mejor idea para que lo respetaran que hacer un templecillo de nada, 20 años tardaron en construirlo. A la entrada hay cuatro grandes figuras suyas, y otras más pequeñas que representan a su esposa favorita Nefertari, su madre, y sus hijas.
Junto a este templo hay otro más pequeño dedicado a Nefertari, en el que hay 4 figuras suyas y dos de Ramsés.
Dentro no dejan hacer fotos, así que solo puedo explicaros lo que ví. La verdad es que es espectacular, con estatuas gigantescas, y los relieves de la pared en perfecto estado de conservación, representando escenas de Ramsés en la guerra, torturando prisioneros, su coronación como faraón…
Lo mejor es que en Abu Simbel se produce un fenómeno solar los días 22 de febrero y 22 de octubre en el que el sol entra directamente a través de todo el templo hasta la última sala, donde están las estatuas de Ramsés, Amón, Ra y Ptah. Los rayos del sol iluminan a Ramsés y dos de los otros dioses, excepto a Ptah que es el que representa el inframundo, éste permanece siempre en la oscuridad. Cómo pensaba esta gente no? A mí es que estas cosas me admiran mucho, cómo calculaban los rayos solares para que solo entraran en esas fechas concretas, que se cree que tienen que ver con la coronación de Ramsés y su cumpleaños, pero no se sabe seguro.
La impresionante sala hipóstila está flanqueada de ocho estatuas de Ramsés con la corona del Alto Egipto las de la izquierda y la corona del Alto y Bajo Egipto las de la derecha.
Después de ver estos dos impresionantes templos, tocaba otro largo viaje de vuelta hasta llegar a la motonave. Por la tarde visitamos el Templo de Philae, dedicado a la diosa Isis. Otro que tuvieron que trasladar al construir la presa de Asuán porque quedó inundado, entonces lo trasladaron a un islote cercano, por eso es diferente a los demás, regalándonos unas vistas preciosas. Y si encima lo visitas al atardecer como nosotros ya es genial.
A este templo se accede en barca, como es normal si está en una isla, lo que le da otro encanto añadido.
Otro atractivo de este templo y que no hemos visto hasta ahora son las columnas que hay en el patio de entrada, 16 a un lado y 32 a otro, en las que se aprecia un cambio de color entre la parte más baja y la más alta debido al agua que lo cubría durante las crecidas del Nilo.
Aquí encontramos una piedra muy parecida a la piedra rosetta, y es que ésta digamos que es la carta a la que se contestó con la otra piedra. Está escrita con jeroglíficos, en escritura demótica y en griego antiguo.
Y una curiosidad que no había contado hasta ahora es que en todos los templos veréis muchos relieves picados. Esto fue cosa de los romanos, que cuando llegaron a tierras egipcias quisieron dejar constancia de que sus dioses eran los auténticos y no esos a los que se habían dedicado los templos, así que no tuvieron mejor idea que ir picando las caras de Isis, Horus y demás.
Después de visitarlo nos tomamos un té,bueno, yo un karkadé que es una bebida de hibiscus, en una terraza allí cerca, gozando de un bonito atardecer.