27 de septiembre de 2017
Hoy es el día que teníamos que haber vuelto a casa, al menos eso es de lo que estaba convencida como os conté en el primer post. Como me equivoqué al coger el vuelo de vuelta teníamos dos días extras. Improvisamos a mitad del viaje y decidimos ir a San Diego, y qué gran acierto!. Era una zona que me apetecía visitar pero la había dejado fuera por falta de tiempo, al final se ve que el destino quiso que fuera y nos llevamos una grata sorpresa. Si tenéis oportunidad de ir a San Diego os lo recomiendo porque tiene mucho que ver.
Salimos de nuestro hotel de Los Angeles rumbo a San Diego, aparte de los atascos de Los Angeles nos encontramos algún tramo con bastante tráfico, y en unas dos horas y media llegamos a La Jolla Cove. Es un pueblo de vacaciones básicamente, lleno de hoteles y tiendas que se ven bastante caras, pero junto a la explanada de hierba junto al mar podemos ver leones marinos tomando el sol y bañándose tranquilamente. Todo un espectáculo natural, me hubiese quedado horas observándolos. Qué bonitos eran!
Un poco más adelante hay una pequeña playa a la que bajamos a mojarnos los pies, nada más porque el agua estaba helada! Pero realmente es una zona muy bonita.
De aquí nos fuimos hacia el Hotel del Coronado. Este hotel se hizo famoso porque en él se rodó la película Con Faldas y a lo Loco, de Marylin Monroe, Tony Curtis y Jack Lemmon. Para mí una de las mejores películas de la historia del cine. Os la recomiendo.
El Hotel se sitúa en la isla del Coronado, que está unida a la ciudad de San Diego por un puente de 3 Kilómetros. La verdad es que impresiona un poco cruzarlo, parece que te vayas a caer al agua, será que tengo un poco de fobia a los puentes, pero es espectacular. Estuvimos viendo el hotel que es inmenso, muy bonito, y paseando por la playa enorme también. Comimos un helado buenísimo y nos quedamos con las ganas de comer en una de las terrazas del hotel junto a la playa, salimos huyendo al ver los precios 😵
Mi ilusión era pasar una noche en ese hotel, y seguramente hubiese podido encontrar alguna oferta que me permitiera darme un capricho, pero a estas alturas del viaje ya no estábamos para gastos extras, así que dormimos en un Super 8 a las afueras.
Dejamos la isla de Coronado y nos vamos a la ciudad. Vamos al barrio histórico de Gaslamp. San Diego tiene varios barrios históricos, ya os he dicho que tiene mucho que ofrecer y mucha variedad.
Gaslamp Quarter está ubicado en el Downtown de San Diego, pasear entre sus casas victorianas y de ladrillo, algunas del siglo XVII, es una delicia. En este barrio encontraréis una gran oferta de tiendas y restaurantes.
Casi toda la zona para aparcar es de pago, pero como os conté en el post del presupuesto, fijaros bien en los parquímetros, porque quizá alguien se ha ido ya y queda tiempo de sobra para dejar vuestro coche y daros una vuelta sin tener que pagar.
Entramos a comer a un restaurante mexicano que nos pareció muy mono, y después de tomar unas cervezas bien frescas y unas quesadillas, nos fuimos hacia la zona del puerto. Quería ver la figura Unconditional Surrender, la de la famosa foto del marinero y la enfermera besándose al final de la Segunda Guerra mundial. Sabía que estaba en el puerto pero no a qué altura, ni que el puerto de San Diego fuera tan grande y tuviera tanto para ver.
Empezamos a andar y no la veíamos, pero disfrutamos del paseo y encontramos el Seaport Village, una zona comercial de casicas de madera. Muy mona. Da gusto pasear por esta ciudad, de verdad. Se pueden alquilar bicis, pero ya sabéis que no me gusta mucho montar en bici, además teníamos que volver a coger el coche que se nos acababa el tiempo que teníamos pagado.
Fuimos a recoger el coche y nos acercamos hasta la zona donde está el USS Midway, un portaaviones que se puede visitar. Justo al lado encontraréis la impresionante figura. A mí me gustó mucho.
Y después de dar un paseo por esta zona cogemos el coche y nos vamos hacia el Old Town, la zona más antigua de San Diego. Esta zona es donde empezaron a asentarse los primeros habitantes que llegaban de México. Las casas de adobe, el antiguo hotel y los montones de tiendas de recuerdos y restaurantes mexicanos te transportan a otra época. Otra zona que me encantó.
De aquí nos fuimos al hotel, como he dicho antes era el Super 8 Sea World, estaba en la carretera que lleva a este famoso parque. Está bien y no fue demasiado caro, además, justo cuando nos íbamos la mañana siguiente vimos como llegaban colchones nuevos, así que seguro que las camas son cómodas 😉
En San Diego hay mucho más que visitar, el Parque Balboa, el centro más moderno con sus rascacielos, Little Italy, el Sea World… Vamos, que realmente hubiese necesitado otro día para disfrutar más todavía de esta maravillosa ciudad. Me quedo con ganas de volver más tiempo, quizá en otra ocasión pueda conocerla mejor.